Cuando esas grietas caen a sus pies, sentidos confusos en
negro clavel,
anda en el aire suspira su piel, es la miel en sus labios
tortura tan cruel.
No es esa su sombra que envuelve al amor, la calida carne
que le aprisionó,
oscuro nubarrón mis ojos cubrió, es la lluvia que en sangre
el dolor convirtió.
Fue como un lamento al cual el olvido acalló, oculto tesoro
al amanecer,
el alba devela sorpresa al nacer, es la miel en sus labios
culposo placer.
Hacia el horizonte solitaria emigra, se aleja se despide
pierde su color,
amenaza al herido un profundo terror, es la miel en sus labios la cura
al dolor...
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