Alguna imágenes inspiran por las sensaciones que transmiten, la escena
recreada o la luz de ese momento y otras por la historia que cuentan y
la energía que reflejan. Las imágenes de Sacha Goldberger tienen de todo un poco, pero sobre todo de lo segundo.
Por lo visto la abuela Frederika es una heroína de las de verdad, que
durante los peores años del nazismo se dedicó a esconder a amigos y
conocidos en diferentes lugares para evitar que los llevaran a campos de
concentración. Más tarde Frederika se convirtió en una exiliada y se
fue a Francia.
Hace unos años, cuando el nieto notó que su abuela estaba un poco triste
y apagada, le convenció para hacer una serie de fotografías para
animarla y pasar más tiempo juntos que suponen un homenaje artístico a
las mujeres con coraje y atrevimiento y también con mucho sentido del
humor.
Al final la convirtió casi en musa de numerosas fotografías, si queréis ver más podeis pasar por su Myspace o por su página web, y ahora también ha sacado un libro. ¿A quién no le gustaría ser así de estupenda a su edad? L.
El que más me gustó es el proyecto Mamika, en el
que este fotógrafo francés utilizaba como modelo a su abuela
superviviente del nazismo.
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